Juan abrió su correo el martes en la mañana, empezó a revisar todos los mensajes para organizarlos por prioridad, y encontró uno de RRHH que decía “Capacitación de Agilismo, aparta la fecha”. Horas después, él estaba tomando un café con los compañeros y platicaban acerca de la gran cantidad de certificaciones en agilismo que tenían, y que no veían porque seguir haciendo más capacitaciones.
Andrés uno de los que estaban en la mesa comentó “lo que debemos hacer es ejecutar proyectos que le generan valor a los clientes, no únicamente estar consumiendo teoría poco práctica que nos llena de etiquetas”
Muchas de las organizaciones actuales que quieren ser ágiles están confundiendo el fin de la filosofía del agilismo. Ser una organización ágil no tiene que ver únicamente con ser rápidos, la prioridad es saber crear valor al usuario en el mejor tiempo posible, poniendo a las personas en el centro.
Esto lo saben muy bien los startups, que constantemente están diseñando a través de experimentos e ingeniería ágil propuestas de valor, y que de forma natural cumplen los principios del manifiesto poniendo a las personas en el centro.
Los emprendimientos viven en estado perpetuo de urgencia, lo que hace que estén enfocados en la generación constante de valor. Sin embargo, en la mayoría de las empresas “tradicionales” o que no nacieron como un startup se siguen cometiendo los mismos errores de siempre.
En Rocket Innovation hemos aprendido que en el caso de las metodologías que nacieron del ecosistema de emprendimiento como Design Sprint, Lean Startup y Growth Hacking, todas tienen algo en común, el agilismo tiene que ver con procesos de experimentación constantes, que le permitan al equipo de proyecto validar o descartar si están creando algo que les genera valor real a las personas y el negocio.
Si necesitas innovar puedes escribir a hola@necesitoinnovar.com o visita www.necesitoinnovar.com.