“El teatro de la innovación es un enfoque excesivo en la ideación (y todo lo que conlleva), con poca capacidad o compromiso para seguir el proceso hasta los resultados reales.”
Rita McGrath.
Carolina es Gerente de Innovación en una empresa financiera en Perú, la habíamos conocido en un congreso de estrategias de creatividad en México y desde ahí hemos mantenido contacto constante.
Ella es la persona más proactiva y le gusta comunicar lo que la empresa está haciendo, siempre me decía que había una publicación nueva de un proyecto que iba a comenzar o que tenía un webinar donde hablaría de ideas que quería hacer.
Un día Carolina nos llamó preocupada porque la junta directiva le pidió que se enfocará más en impactar con innovación los resultados del negocio, y no tanto en estar constantemente llamando la atención fuera de él. Lo que le ocurrió a Carolina también nos pasó a nosotros.
Durante mucho tiempo hemos analizado muchas de las empresas más innovadoras a nivel global y hemos identificado comportamientos muy claros entre los que realmente innovan y los que únicamente están haciendo el Teatro de la Innovación.
Como buenos novatos de la innovación nuestro primer proyecto fue pedir una sala para creatividad “innovation lab” pensando que lo que se necesitaba era un lugar lindo con pizarras inteligentes e impresoras 3D donde la gente pudiera llegar a tener ideas como si la gente no pensara fuera de la sala.
La gran realidad es que esos “labs” terminan siendo salas de juntas bonitas y los concursos solo un momento lindo de esparcimiento y premios sino tiene un objetivo claro y métricas de seguimiento.
En segundo lugar, pensamos en el típico concurso de lluvia de ideas para que la gente expusiera abiertamente ocurrencias, así podría seguir mencionando muchos errores y lecciones del camino. Ambos proyectos fueron una total decepción.
Como menciona Tendayi Viki “Caer en la trampa de sobrevalorar ideas y tecnologías es el primer síntoma de que te diriges hacia el teatro de la innovación.”
El problema de muchas empresas no es la falta de ideas sino la falta de consistencia en la ejecución de las ideas que ya tienen, “las ideas son de a peso” es lo que digo siempre cuando alguien llega a venderme una idea o cuando en la empresa se cree que innovar es tener talleres de ideación.
Ese es el primer síntoma del Teatro de la Innovación, creer que el problema es la falta de ideas cuando en realidad el problema es la cuantificación del potencial de las ideas y el proceso de ejecución, que como menciona
deben convertirse en propuestas de valor ganadoras.
Muchas ideas mueren no porque sean malas sino porque no supimos explicarlas a través del diseño pensando en el impacto del negocio y en el cliente. Para vender una idea como un proyecto ganador necesitas información que dé visibilidad del potencial futuro, sin esa información la idea termina entendiéndose como una ocurrencia.
“Hace unos meses una persona me escribió para presentarme una idea, me pidió firmar un documento de confidencialidad y de protección de derechos de autor, luego tuvimos una llamada donde me explicó la idea, le pregunté cuál era el modelo de negocio, cuánto era el potencial esperado y el retorno o beneficio que pretendía. Me dijo que solo quería venderme la idea en unos miles de dólares”
Aldo Coghi.
Como este ejemplo hay muchos no solo fuera sino también dentro de las organizaciones que creen que las ideas sin ejecución tienen algún valor.
El segundo síntoma que hemos identificado es creer que la innovación es solo una estrategia de PR. Muchísimas empresas sacan grandes campañas de PR promocionando sus lanzamientos sin siquiera saber si realmente están desempeñando bien en el mercado y si están construyendo valor a su negocio.
Hace unos meses escuchamos a un Gerente General diciendo que lanzaron 1500 innovaciones en un año. Le preguntamos cuál fue el impacto en captación de clientes, ventas, utilidad y hasta nuevos empleos, nos dijo que no manejaba esa información.
Si consideramos que 11 de cada 12 startups fracasan y que 19 de cada 20 productos lanzados también fracasan, debemos preguntarnos si realmente lo que estamos comunicando es innovación.
La innovación es el resultado de una ejecución que toma tiempo para crear valor a sus clientes, usuarios y al negocio, no es simplemente poner un producto en un supermercado, activar una página web o lanzar una app.
El tercer síntoma tiene que ver con la innovación por ocurrencia o esporádica, a esto me refiero cuando las empresas piensan únicamente en innovación cuando están cayendo en ventas o están perdiendo rentabilidad o su marca se está volviendo vieja.
La verdadera innovación es el resultado de un proceso sistemático para empoderar la creatividad a través de ejecución desde la creación de la idea hasta llegar al mercado para mejorar la calidad de vida de nuestros clientes.
Toda idea para convertirse en una innovación debe pasar por un proceso de valoración y de iteración para tener claro su potencial y para que los equipos puedan seleccionar entre los proyectos hormiga y los “Big Apple”. Las ocurrencias no construyen una cultura de ejecución de innovación, lo único que hacen es poner a la cultura a la defensiva.
Un plan para la innovación considera el desarrollo de talento que pueda liderar proyectos de innovación, el proceso y su gobierno para asegurar el impacto y la comunicación para alinear los objetivos del programa con la cultura de la empresa.
Sin duda todos hemos hecho teatro en algún momento, pero la gran pregunta es qué tan larga tiene que ser la obra y qué tan protagónico tiene que ser el papel. Estos tres síntomas son cosas sobre las cuales podemos accionar para impactar realmente en nuestros mercados y en nuestra organización.
Si necesitas innovar puedes escribir a hola@necesitoinnovar.com o visita www.necesitoinnovar.com.